miércoles, 13 de enero de 2010

Gracias.

Sucedió.

El día de ayer fue uno de esos días que se recuerdan mucho tiempo después.
En Rúa Nova, nuestra humilde morada, amanecimos con el chip de la Copa puesto.
Yo le dije a A. que estaba nerviosa, algo tenía en el estómago, ella me decía que prefería no pensarlo, que no podía ser.

Y la hora se aproximaba, sabíamos que a las 21:00 teníamos una cita ineludible, yo iba plenamente convencida, como dije en la anterior actualización, no hay que buscarle la lógica, yo creía que pasábamos, lo creía firmemente. A. era más reticente, no quería hacerse ilusiones, sabía que el palo sería mucho más duro luego y se negaba a aceptarlo.

Así nos dirigimos a la, a partir de ahora, emblemática cafetería, donde rodeadas de otros muchos celtistas sufrimos el partido.
Y digo sufrimos porque era lo que tocaba. Pronosticaba que íbamos a llegar a ceros hasta el final, y confiaba de igual modo que en algún momento llegaría ese gol tan merecido.

Y así fue, el Celta salió motivado, más motivado que nunca, con un equipo hecho de la cantera, con debutantes en el 11 pero sobre todo con mucha fe.
Y la fe mueve montañas, y elimna a Primeras.
El Celta fue mejor durante todo el partido, no se rindió nunca. Las aproximaciones del Villarreal fueron magistralmente paradas por Yoel. Trashorras conducía el juego con fluidez y Aspas no dejaba de molestar a lo dos centrales.
Lo estábamos haciedo genial y yo no dejaba de decime a mi misma que tenía que llegar, tenía que llegar...
A. tocaba compulsivamente la pulsera de colorines, yo me mordía las uñas y llegaban los últimos 10 minutos de partido.
Dejamos de hablar, estábamos concentradas mirando esa pantallita, se oían gritos de ¡vamos! y aplausos de ánimo. Seguíamos confiando y yo sabía que tenía que estar cerca, era el momento, tenía que ser ya, no podía fallar...

Y pasó. Pasó lo que nunca pasa. Pasó lo que tenía que pasar. Pasó.



Botelho se cae (o se tira, me da igual) y pitan penalty en el minuto 91, lo derriba Ángel, ex céltico, la gente lo celebra como un gol.
Digamos que la suerte nunca ha sido la gran aliada del equipo celeste, más bien todo lo contrario por eso cuando nos pitan un penalty pienso que hay más posibilidades de fallarlo que de anotarlo. Son años de escarmiento y traumas generados desde Alejo en aquella fatídica final.
Pero esta vez algo era diferente...Joder! Nos habían pitado un penalty que no era en el último minuto, como a los grandes, el destino no podía ser tan cruel de tenernos reservado ese penalty para fallarlo, no!
No quise mirarlo, se hizo eterno, hasta que Trashorras tiró y...sucedió.
La gente enloqueció y A. y yo misma nos abrazamos como nunca lo habíamos hecho, gritamos y gritamos ¿De verdad estaba pasando?

Y es que por fin parece que la suerte no nos da la espalda, o más bien que la mala suerte no la toma con nosotros. Porque lo merecíamos, porque ya nos habíamos olvidado de lo que era tener alegrías con este equipo.
Porque es justo premio a un equipo hecho de chavales de la cantera, y para quien no valore el mérito de lo conseguido, que lea nuesta alineación y se informe de nuestra situación.
El Karma empieza a correspondernos, nunca es tarde, sólo hay que seguir creyendo, porque creer es poder...y podemos.

P.

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